Murmullos de Asterión

PRESENTACIÓN

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Los seres humanos somos la única especie en el planeta que hace arte: por gusto, por necesidad, por amor o por cualquier otra justificación. Sin necesidad de ser un experto en pintura, música o literatura, todos somos capaces de expresarnos de múltiples maneras; es simplemente una necesidad humana.

A través de varias generaciones, los humanos hemos vivido muchas problemáticas sociales que han sido acompañadas de manifestaciones artísticas. En este siglo, a nosotros, nos ha tocado vivir un confinamiento de por lo menos sesenta días, a causa de una pandemia mundial por un virus que no conocíamos. Hemos cerrado las puertas y debemos estar dentro, quizá de un espacio mediano o grande, pero en muchos casos en espacios pequeños o sumamente pequeños. Hemos respondido de diferentes maneras a esta situación, pero siempre buscando acabar con el encierro en algún momento.

Al igual que nosotros, Asterión -el Minotauro de Creta- es un personaje que vive encerrado en su propio laberinto, en su propia enfermedad mitológica. Al igual que nosotros, él tiene que enfrentarse a un confinamiento, una prisión sin muros ni rejas, hecha únicamente de los múltiples peligros que existen afuera. Pero al igual que nosotros, Asterión encuentra en el encierro una ocasión para hacer de su imaginación y su creatividad las herramientas perfectas para trascender su prisión: para hacer del confinamiento una oportunidad de encontrarse consigo mismo.

Como Asterión murmuramos, nos encontramos con nuestros pensamientos más profundos, para enfrentar, defender, reinventar lo que es nuestro y dejarlo salir, aunque nosotros debamos permanecer adentro. Nuestra creación es libre, por eso creamos, por eso cantamos, por eso murmuramos.

Este proyecto está inspirado en el relato de La casa de Asterión, de Jorge Luis Borges, y aquí se integran cuatro murmullos que desde diversas propuestas expresan los encuentros creativos que vivimos en estos momentos.